Nuevo año

¡Feliz Año Nuevo! ¡Zorionak! ¡Felices fiestas! ¡Merry Christmas!
Estos días pasados nos han llegado muchísimas felicitaciones, deseos de paz y amor, etcétera.
Este año nos dará lo que seamos capaces de dar... nosotros.
Sí, nosotros mismos. Observad que todas las peticiones son hacia fuera. Le pedimos a Dios, al Universo, a la Naturaleza y, a algo muy abstracto, el entrante 2016. Porque le pedimos al Año Nuevo paz, felicidad, bienes de todo tipo y lo hacemos como si el año entrante de 2016 fuera algo tangible, algo material que se pueda tocar, pesar, oler y hasta saborear.
Las buenas intenciones están bien, pero a Dios rogando y con el mazo dando.
¿Qué estamos dispuestos a hacer? No digo pensar y desear, no, ¡hacer! ¿Qué estamos dispuestos a darnos a nosotros mismos? Si recibimos en función de lo que damos, si la vida es una especie de boomerang, recibiremos entonces en función de lo que damos. ¿O no? El karma es una ley inexorable. ¿Que no crees en el karma? Tranquilo yo tampoco creo, al fin y al cabo las creencias son eso, simples creencias que no tienen nada que ver con la realidad. Tampoco los antiguos verdugos de Giordano Bruno o Galileo creían en que la tierra girara alrededor del Sol...Tampoco los científicos creían en los postulados de Pasteur...
La generación espontánea era una creencia popular profundamente arraigada. La observación superficial indicaba que surgían gusanos del fango, moscas de la carne podrida, cochinillas de los lugares húmedos, etc. Así, la idea de que la vida se estaba originando continuamente en la Tierra a partir de esos restos de materia orgánica se estableció como dogma en la ciencia. Hoy en día la comunidad científica considera esta idea una pseudociencia.
La ciencia hoy cree una cosa y mañana, puede creer en otra. Creencias y más creencias. Vivimos en el mundo de las creencias y a eso le llamamos ciencia. ¿Estamos de acuerdo?
Repito, hay que hacer cosas, moverse, meditar, reflexionar. ¿No dicen los científicos que tenemos cien mil millones de neuronas cerebrales? No olvidemos una cosa: cualquier acción debe partir de adentro hacia afuera, primero yo, observarme en mi vivir diario. ¿Cómo me relaciono conmigo mismo? ¿Me trato bien? ¿Me animo y estimulo hacia la consecución de mi equilibrio mental-emocional-psicológico y físico? ¿Qué ideas, creencias y pensamientos contengo internamente? ¿Cómo trato, hablo y como me comporto con mi pareja, mi familia y seres más cercanos? Si yo me trato bien a mí mismo, tratare bien a los demás. Si estoy de mal humor, frustrado y estresado en mi vivir diario, eso es lo que voy a transmitir a los demás.
¡Feliz Año Nuevo! Si ya sé que lo decimos todos, pero nadie da una idea practica de cómo llevarlo a la vida diaria. Bueno, rectifico, hay un tipo por ahí que dice sin sonrojarse:
"Si yo me coloco en el lado del Espíritu Santo... no hay problemas".
¡Caramba! ahí está la clave y yo sin enterarme. Debo ser más ignorante de lo que me creía. Bueno, eso creo. Yo, de forma más sencilla, me repito eso de que:
Vocatus atque Non Vocatus Deus Aderit. 
Os deseo este 2016 lo mejor que os merezcáis todos y cada uno de los que compartís estas inquietudes conmigo. Que recibáis en la misma proporción y en la misma media de lo que deis a los demás.

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