Recordemos la metáfora de la mariposa. Me refiero al relato del proceso del despertar de la oruga, su cambio desde que se encuentra en el interior de su crisálida hasta que revolotea por el espacio, una vez que se ha transformado en una mariposa de bellos colores.
El Doctor Armando Nougués nos dice en su magnífica obra “El despertar de la oruga” (Editorial ECU), lo siguiente:
“Una oruga es un ser que repta por la tierra o por las ramas de alguna planta. Muchas personas las confunden con los gusanos. Pero un gusano es un ser vivo cuya forma adulta es esa, mientras que una oruga no es más que una de las fases del desarrollo de cierto tipo de insectos, al final de la cual aparece ante nosotros un ser de mayor belleza: La mariposa”.
Los modelados de hipnosis y Programación Neurolingüística (PNL) en formulación específica de objetivos abordan precisamente esta transformación mágica y a la vez natural a nuestras potencialidades latentes. Todo lo relativo a qué somos y qué podemos ser, a cómo somos y á cómo podemos ser, a qué hacemos y cómo podemos hacerlo.
El término ‘programación’ en el ámbito de la PNL está relacionado con el hecho de que podemos cambiar nuestros pensamientos o programas. Podemos cambiarlo desde lo que son hasta lo que quisiéramos que fuesen.
Porque si una persona está presa de pensamientos negativos, su lenguaje por consiguiente también estará lleno de expresiones negativas. Piensa, siente habla y… actúa negativamente. La PNL nos propone actuar y cambiar nuestros pensamientos negativos, de modo que trabajamos para reformularlos en positivo. Es en esta tarea donde resulta fundamental la figura de la metáfora, como herramienta para crear nuevos significados.
Hablar del lenguaje terapéutico y de la manera en la que las palabras promueven la búsqueda de significados positivos es referirse a la metáfora, acompañada de trance hipnótico para movilizar todo ese esquema negativo que domina nuestra mente.
El uso de la metáfora en la Psicoterapia está relacionado con modelos que enfatizan el lenguaje indirecto, como ocurre fundamentalmente con la Hipnosis Ericksoniana, entre otros modelos.
La creación de cuentos terapéuticos se centra en el uso de la metáfora, precisamente mediante el lenguaje indirecto para la presentación de la historia, que tiene vario niveles de comunicación: uno el de la historia y la trama y otro el de significado implícito con el que se crean internamente símbolos, imágenes y sensaciones, desde los cuales se realiza una búsqueda de significados relevantes y se conectan aquellos aspectos que permiten generar ideas para cambiar o descubrir nuevas formas de ver, sentir o pensar el problema.
Esa característica del lenguaje metafórico, la de ser una comunicación en varios niveles, permite que el contenido implicado movilice a la persona para que ella, de manera automática y al imaginar formas, sonidos, colores o imágenes, se contacte con lo relevante y se promueva la búsqueda de alternativas.
Toda persona tiene dentro de sí todos los recursos que le permiten el cambio de la experiencia y el logro de sus objetivos.
Por lo tanto, la metáfora terapéutica es una estrategia de intervención con muchas posibilidades de aplicación y con gran efectividad en la resolución de los problemas psicológicos.
Y ésta es la forma universal y atemporal con la que los maestros siempre han enseñado: Buda, Cristo...
¿En qué fase del proceso de transformación estamos, estimado lector de este Blog?
Que tengas una buena metamorfosis si ése es tu deseo, pero en la dirección decente...
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