Una nota superior


Ha llegado el momento de dar una nota superior, pasar a una octava superior.
(Ver Ley de las octavas, Cuarto Camino)
Aprender a manejar los estados de conciencia idóneos y utilizar cada uno según el objetivo, es el principio, después hay que continuar con el método y convertirlo en parte de nosotros mismos. Hay que automatizarlo. La clave es ser capaces de estar en “trance” hipnótico de la manera más inteligente posible. Si esto es así, y no me equivoco, se abre ante nuestra visión y experiencia interior un campo enorme de posibilidades y una visión y percepción distinta a la tradicional referente al "trance" hipnótico. Ya no es el típico hipnotizador “dotado de algún poder” el que hipnotiza al sujeto que se ha ofrecido voluntariamente... Ahora estamos ante la disyuntiva de ser nosotros mismos, o... no ser capaces de adquirir un compromiso. Sí, un compromiso con nosotros mismos.
Tenemos potencialmente la capacidad inherente a nuestra mente (el potencial del inconsciente), de convertirnos como bien decía el sabio en: “Arquitectos de nuestra propia mente”.
Recientemente, una investigación publicada en la revista especializada Cereb Cortex ha relacionado el estado de trance con la adquisición de conocimiento, específicamente, como una suma de condiciones que son propicias para que nuestro cerebro trabe conocimiento con el conocimiento mismo, cualquiera que este sea. Sí, es estado de conciencia más idóneo según meta u objetivo a conseguir...

Ahora sí se comprende el papel principal que encarna la hipnosis o estado de trance; transitar del estado ordinario de vigilia al estado potenciador superior con una mayor concentración y percepción más holística, integradora en el contexto de la acción terapéutica...
Como sabemos, el trance es un estado particular inducido por distintas circunstancias externas: una melodía repetitiva, una sustancia psicoactiva, movimientos corporales repetitivos, sugestión y autosugestión, hipnosis e incluso la propia capacidad de nuestro cerebro para creer intensamente en sus propias figuraciones (como sucede, por ejemplo, en el caso de los actores). En la investigación citada, los científicos involucrados examinaron el cerebro de 15 chamanes a quienes se les indujo el estado de trance por medio del sonido rítmico de percusiones. La premisa de este experimento es que durante el trance la conciencia entra en un estado de “absorción”, que hasta ahora no había sido examinado para recabar información sobre las regiones cerebrales implicadas.
Durante la prueba, sólo ocho de los 15 chamanes entraron en trance, y fue en estos en quienes se observó, por medio de resonancia magnética, una actividad intensa medida en teoría de redes con el concepto de centralidad de vector propio, el cual se refiere a la influencia que un nodo tiene sobre la red a la que pertenece. En el caso del trance, dicha influencia está dada por la conectividad entre la corteza cingulada posterior, el córtex del cíngulo anterior dorsal y la ínsula del lado izquierdo (la primera relacionada con la conciencia, la segunda con las emociones y la tercera con la aprehensión de emociones en combinación con las sensaciones).
La intensificación de la actividad en este nodo por causa del trance provocó, de acuerdo a lo observado, que la red neuronal del cerebro de los participantes se activara también e incluso entrara en un proceso de reconfiguración favorable tanto de la comprensión de ideas como de la mezcla de estas para generar nuevas deducciones.
Curiosamente, parece ser que esta misma activación implica disminuir por un tiempo los procesos cerebrales asociados con la sensibilidad. Los correlatos fisiológicos entre estados de trance y áreas cerebrales implicadas en el trance es algo inaudito y mágico en su investigación...¡¡¡extraordinario!!!

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