Carta de una alumna del curso de Hipnosis y PNL

Curso de Hipnosis y PNL
Recientemente he recibido carta de una alumna que ha participado en uno de mis cursos. Lleno de agradecimiento y con su permiso, quiero compartirla con vosotros/as a través de este blog, porque creo que merece la pena:
Quiero compartir mi historia de lo que ha significado y significa para mí la hipnosis. En un principio, sinceramente, para mí la hipnosis, era aquello que veía por televisión. Un señor con apariencia sería, con una voz potente, que hacía que las personas hicieran todo lo que les iba sugiriendo.
Un espectáculo en el que quedabas sorprendido ante tal control mental. Al paso de los años, iba leyendo algo sobre regresiones, que se relacionaba mucho con la hipnosis: las bonitas historias que contaba Brian Weiss de unas supuestas experiencias sobre vidas pasadas. Era muy interesante, por mi inexperiencia en el tema, todo lo que iba leyendo, me sorprendía. Al tiempo llego a mí un documental de un señor muy conocido en España: Fernando Jiménez del Oso. Hacía programas algo paranormales, metafísicos... etc. Hizo un programa que hablaba sobre hipnosis, donde salía un señor llamado Horacio Ruiz, que era experto en hipnosis. En ese momento pensé: ya lo veré con tiempo, porque es más de lo mismo. Hipnosis, espectáculo, la tele, lo relacionaba todo con lo mismo. Sin embargo, pasaron los años, seguía investigando y leyendo sobre terapias alternativas, crecimiento personal, vuelve a mi otra vez "la hipnosis". Vuelve a mí ese documental de hipnosis al que muy poca importancia puse años atrás. Sin embargo, esta vez fue diferente, me dije: voy a escuchar bien lo que dice este documental, pues... ¡no pinta mal la cosa! Fui consciente en ese momento de que la hipnosis no era un simple espectáculo, ni un tío serio que controlaba las mentes. Sino que era una extraordinaria terapia que me iba aportar mucho. Lo intuía y había una parte de mí que estaba muy segura de ese pensamiento. Cuando empecé a entrar en el tema de la hipnosis, mis inquietudes me hicieron llegar hasta Horacio Ruiz, un maestro de la hipnosis que me generaba un respeto profesional, un entendido en estos menesteres, por lo que había leído. Contacte con él, para que me diera un breve explicación sobre el tema. Explicación que me dio muy bien, porque mi curiosidad cada vez iba a más. El primer contacto fue una experiencia algo sumamente increíble. Asistí a una de sus charlas. Con algo de respeto, con un poco de nerviosismo por lo que podía pasar. Todo empezó bien, Horacio daba una introducción sobre hipnosis, y a medida que iba avanzando la charla, sugirió que iba hacer una inducción a todos los asistentes presentes. Cuando iba a comenzar, de repente un silencio rotundo en la sala, Horacio se dirige hacia a mí, me levanta el brazo, me dice: “Fija un punto en la palma de tu mano y, a medida que voy contando del diez al cero, tu mano se va ir acercando lentamente hacia tu frente... 10... 9... va bajando...”. Y así sugería Horacio. En ese momento pensaba, estoy siendo hipnotizada, y tengo el control total de todo, soy consciente de lo que me hace, de lo que dice, de lo que mi cuerpo hace, de lo que mi mente siente. Entro en un trance profundo, tan profundo, que no podía moverme. Seguía la charla, y escuchaba... ¡como la que más! ¡En estado de trance, nunca se pierde la consciencia ni el hipnotizador controla tu mente! ¡Esa fue mi primera lección! Ante un primer contacto, hubo una segunda charla, donde Horacio vuelve a hipnotizarme, esta vez me levanta el brazo, en un trance profundo, disociándome del lugar, noto como algo atraviesa mi mano, una aguja, pero no siento dolor. Soy consciente que estoy allí, hipnotizada, en un trance profundo, muy relajada. Mi brazo en altura y con una aguja clavada permanecía 23 minutos, en la misma posición. Una vez vuelvo a reafirmarme con la lección aprendida en la primera charla: ¡soy consciente de todo! En un estado de emoción y relajación, siento que esto de la hipnosis me va cambiar la vida. Entonces comencé el curso de Hipnosis y PNL. Por un lado, la novedad hizo que empezara a descubrir la hipnosis, pero por otro lado iba adentrarme afrontar todo aquello que quizás me hacía sentir miedo, miedo a descubrirme a mí misma. Aquellas sombras y lado oscuro que muy pocas veces queremos entrar, descubrir que tras la máscara de la justificación, detrás se escondía un gran potencial llamado inconsciente. El inconsciente, el consciente, estados de consciencia, trance, inducción... ¡menudas palabras! Eso pensaba al hacer el curso... Cuando fui descubriendo el significado de cada palabra, me di cuenta los años que llevaban en mi vida todas ella, pero sin ser consciente de nada. Sí, sí estaba en trance constantemente, sugestionada constantemente, inducida hacia aquello que quería encontrar, encontrarme a mí misma. Por lo que me lo tome tan en serio, que emocionalmente y conscientemente, la hipnosis empezó a formar parte de mi vida cada día. Escuchando grabaciones que Horacio compartía, aplicando en mi vida diaria todo aquello que iba aprendiendo en el curso. Cada seminario del curso era un descubrimiento, una emoción. Podía pasar el día en muchos estados de consciencia. Compartiendo con mis compañeros toda la enseñanza que con su calidez y sencillez, Horacio nos transmitía. Haciéndonos partícipes a todos en cada seminario, todo lo que podíamos abarcar con la H-Hipnosis y la PNL. Nos explicó todo que podíamos sacar de esta maravillosa herramienta, como siempre decía y dice Horacio, una herramienta eficaz y eficiente. La podíamos utilizar en el día a día, la podíamos alternar con otras terapias. Pues lo resultados se veían más rápido. Al principio iba practicando, estaba un poco pérdida, las emociones alteradas, los recuerdos del pasado, los bloqueos, las catarsis en cada seminario... etc. En momentos no estaba presente, mis estados emocionales se apoderaban de mí. Salía todas las miserias, ese lado oscuro que temía. Incluso, era tanta remoción en mi interior, que pensé en dejar el curso. Ante tanto dolor, tuve que negociar y llegué a un acuerdo con mi inconsciente: yo le ofrecí mi empeño, mis ganas, mi ilusión y el me ofreció todo el potencial que yo llevaba dentro. Tanto me ofreció, que día tras día, con la práctica, práctica y más práctica. Mi inconsciente me daba todo aquello que necesitaba en cada momento. Pude ser consciente de que todos tenemos un potencial increíble, y que se nos va la vida, dormidos, sin darnos cuenta. Sin darnos cuenta de que respiramos, de que pensamos, de que somos conscientes, de que podemos cambiar nuestra vida. De que “nos comportamos como simples pigmeos, siendo unos dioses", como decía muchas veces Horacio. Horacio, gran maestro de la mente, maestro que llego cuando los alumnos estábamos preparados. Me venía el recuerdo entonces, que el hipnotizador no es un hombre serio, ni con voz potente como aquellos de la tele. ¡Es un ser humano! Horacio, el maestro con voz potente, sí, con un gran potencial y manejo sobre estos menesteres. Ante todo un gran hombre que ofreció a sus alumnos todo lo que sabía, sus experiencias, su tránsito, su camino... Que compartía con todos su buen humor, su sencillez y algún que otro chiste. Sobre todo transmitía su vocación, y la gran labor que hace, despertar a todas aquellos/as que estábamos dormidos/as. Hoy puedo decir, si me preguntan: “¿Qué es la hipnosis? La hipnosis soy yo misma”. 
Gracias por esta maravillosa, clara y magnífica exposición de todo lo que ha representado y sigue representando para ti la hipnosis. Serás una verdadera profesional de la psicología clínica cuando termines tus estudios, querida Lidia. ¡Ah!, gracias por compartir con todos nosotros/as tus vivencias, tus experiencias internas y tus cambios externos… así, siendo, estando y evolucionando, tú nos haces partícipes a los demás de tu transformación. Gracias Lidia, de la vieja estirpe de los guanches canarios…

1 comentario:

  1. Gracias a Lidia y ti por compartir esta experiencia.

    Gracias...

    Antonio

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