Aerofobia

Foto de betta design (www.flickr.com).
Hace tiempo tuve la ocasión de participar en un grupo de trabajo organizado para ayudar a la gente a combatir el miedo a volar en avión. Se trata de la fobia llamada aerofobia, muy relacionada con la acrofobia (miedo a las alturas).
El objetivo de este grupo era lograr que los afectados pudieran viajar con cierta tranquilidad o con total control y bienestar durante sus viajes. Allí estábamos un comandante de aviación, un psicólogo especializado en esta fobia tan común, un pasajero que había solucionado su problema y un profesional de la hipnoterapia, o sea, yo.
El comandante fue desglosando minuciosamente todos los mecanismos y maniobras que se hacen desde que se despega del aeropuerto hasta que se aterriza en otro. Por explicar, hasta nos detalló esos ruidos que ponen nerviosos a algunos pasajeros cuando se recogen o se extienden las ruedas.
El psicólogo desmenuzó teóricamente lo que la psicología cognitiva-conductual sabe acerca de la fobia y como tratarla.
El antiguo fóbico explicó lo mal que lo pasaba cuando tenía que volar.
Y yo me limité a dirigir un ejercicio grupal de hipnosis para reforzar sentimientos de autocontrol, seguridad y confianza. Me centré en las sensaciones durante el vuelo pero, sobre todo, durante el tiempo previo a volar, que es cuando la mente se dispara con pensamientos angustiosos y de pánico.
Porque es antes de despegar cuando la mente ya nos da por anticipado una buena ración de imágenes que provocan ansiedad y angustia por los malos augurios.
La mente es fantástica y poderosa, incluso en estos casos en los que nos sirve por anticipado una buena dosis de terror.
Para combatir esta fobia, una vez inducido el estado hipnótico, hay que trabajar técnicas de imaginación que modifiquen los pensamientos negativos.
Debemos utilizar la imaginación para visualizar el autocontrol y vernos resolviendo la situación, evitando con ello caer en la pérdida del control.
El objetivo es que la persona sea la protagonistas de su propia película visualizada en su imaginación. La visualización es muy útil como método para cambiar las creencias y los pensamientos relacionados con una situación de ansiedad y con una creencia de incapacidad, pues nos permite practicar lo que nos gustaría que ocurriera en la realidad.
Visualizar el día más feliz de nuestra vida, por ejemplo, recordando nítidamente los acontecimientos, qué pensábamos, cómo nos sentíamos, qué hacíamos, cómo actuaban los otros… y visualizarlo de la forma más clara, positiva y detalladamente posible.
El trabajo con al mente busca evocar con detalle experiencias donde teníamos el control, nos sentíamos seguros y capaces a la hora de afrontar alguna tarea difícil, que logramos resolver exitosamente.
Después, todos esos elementos de la experiencia se anclan convenientemente, para llevar al futuro esas sensaciones de poder y control.
Entrar desde la imaginación en el escenario o contexto de la fobia, respirar profunda y calmadamente, promover sensaciones y emociones de agrado, bienestar, con el cuerpo relajado y tranquilo...
Y con una imagen grata a los ojos de la mente en la que superamos la fobia.
La disociación en hipnosis da buenos resultados sumada a la típica desensibilización sistemática.
Por lo general la terapia cognitiva-conductual en estado hipnótico es la mejor formula terapéutica para abordar esta fobia.

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