Prudencia y seriedad

Foto de Manuel M. Ramos (www.flickr.com).
A raíz de una conversación en Facebook con una amiga, he vuelto a tener un viejo pensamiento sobre la hipnosis y su uso en terapia. 
Me refiero a una reflexión sobre los usos de la hipnosis y la cantidad enorme de prejuicios que la rodean. 

¿De qué sirve realizar una buena inducción hipnótica si después la terapia se realiza de forma torpe? 

Hace unos años, en unos curso de verano de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), un profesor de Psicologia de la Universidad de California, concretamente el mexicano Etzel Cardeña, explicó que algunas personas entran en un trance hipnótico tan profundo que tienen experiencias parecidas a las que tienen los chamanes con el peyote. Se refería a visiones de espíritus o salidas del cuerpo (viajes astrales...). 
Tengo claro que nuestro cerebro segrega sus propias endorfinas y que no es necesario buscarlas fuera con drogas. A lo largo de mi experiencia con la hipnosis he vivido situaciones parecidas a ésas. Esos estados alterados o trance se pueden conseguir con hipnosis, aunque reconozco que no es algo muy frecuente ni que pueda ocurrirle a todo el mundo. 
Es decir, el potencial de la hipnosis es impresionante. 
Sí, sin lugar a dudas. Pero ¿para qué lo usamos? Esos otros mundos, dimensiones o estados de la consciencia a los que podemos acceder con el trance hipnótico no se pueden tomar como un juego. 
Cuando estoy trabajando con en mi gabinete siempre procuro saber lo máximo posible respecto de qué le gusta a la persona que tengo delante, qué le inspira ilusión o confianza, sobre qué quiere conseguir. Cuando llegas a saber qué le motiva, en quién o en qué deposita su admiración, dónde ubica el principio de autoridad, todo es muchísimo más sencillo. 
Hipnosis, sí. En terapia, por supuesto. 
Pero con prudencia y seriedad.

1 comentario:

  1. Excelente Horacio, como siempre, pero sobre todo responsable. Lo que compartes es de gran valor, y nos orienta. Fíjate que hace mucho tiempo escuche sobre Hipnosis, claro, como espectáculo, hasta ahora vengo a darme cuenta (tarde) de su aplicación en Terapia y de sus excelentes resultados. Bueno quizás en el fondo intuía que para algo debía servir, o para algo bueno la tenían que utilizar. Pero no sabia que tanto. Ahora me adentraré, a conocer más, segura, contando con tu apoyo. ¡Saludos desde México!.
    Gisela Montiel.

    ResponderEliminar

Lo más visto de este blog