Dos anécdotas de cine

Repasando hace unos días la cartelera de los últimos estrenos de cine me he llevado una sorpresa. Se ha estrenado recientemente en España una película titulada ‘Trance’ del director Danny Boyle.
Por pura deformación profesional me atrajo el título y leí la sinopsis de la película: un subastador de obras de arte, un tal Simon (actor James McAvoy), es utilizado por un grupo de delincuentes en un robo aparentemente perfecto; como consecuencia del atraco, Simon recibe un golpe en la cabeza y olvida dónde está el cuadro de Goya que habían robado. 
Entonces surge un personaje femenino que me resulta familiar, Elizabeth (Rosario Dawson), porque se trata de una terapeuta especializada en hipnosis y que utiliza métodos muy peculiares para recuperar esa información de su memoria.
En fin, no he visto la película pero reconozco que siento cierta curiosidad. 
Y no se trata sólo de una curiosidad como hipnoterapeuta. No, no es sólo por eso.
Hace unos dos años me llamaron por teléfono en nombre de una productora de cine. Una joven me explicó que estaban proyectando realizar una película donde había un robo y donde un personaje perdía la memoria. 
Quería mi experiencia como profesional de la terapia con hipnosis sobre aspectos de pérdida de memoria como el citado. Le expliqué largamente cómo se puede realizar una hipnosis regresiva para que la persona vaya recordando poco a poco la memoria de los hechos acontecidos, es decir, cómo realizar una hipnosis para activar la hipermnesia....
La explicación fue extensa. Durante casi una hora fui contándole qué tipo de lenguaje se utiliza en estas inducciones mientras la joven de la productora iba tomando nota de todo y, de vez en cuando, me interrumpía para aclarar algún concepto.
No había vuelto a tener noticia de esta productora y, la verdad, me había olvidado del asunto. 
Ahora he recordado toda aquella conversación, especialmente al leer que el director Danny Boyle ha pretendido “someter al espectador a una sesión hipnótica”.
¿Qué os parece?
Creo que, en cierta forma, he colaborado en el guión de una película. Me lo tomaré con humor y me pensaré si incluyo en mi curriculum la profesión de guionista de cine.
Hasta aquí la primera anécdota.
La segunda es mucho más grata para mí.
Ocurrió hace muchos años y está relacionada con otra película, ‘La Novena Puerta’, de Roman Polansky.
Me visitó en el gabinete que yo tenía en Madrid el actor Jack Taylor, porque quería someterse a hipnosis.
Según me dijo, un amigo suyo norteamericano se lo había recomendado. Es práctica habitual en ese país que los actores recurran a la hipnosis para mejorar su actuación en los rodajes, su memorización, su autocontrol.
Jack Taylor tenía que representar un papel bastante importante en una obra de teatro y hablar varios idiomas. La hipnosis le funcionó perfectamente y completó una excelente interpretación.
Tiempo después al teléfono volví a oír su español con el clásico deje particular de Jack:
- Horacio, soy Jack Taylor, ¿te acuerdas de mí?
- Claro que me acuerdo Jack, ¿Cómo te va?
- Muy bien. Necesito que me hagas alguna sesión de hipnosis nuevamente... Mi amigo el director Roman Polansky quiere que yo intervenga en su próxima película. Y quiero alguna sesión para ir centrado y plenamente inspirado. Es un papel muy importante para mí.
- Muy bien Jack, cuando tú quieras vienes y trabajamos. Para mí será un placer verte de nuevo.
Recuerdo muy bien a Jack Taylor. Además de un gran actor, es una persona excelente. Irradia un aura de conocimiento, cultura y una humanidad inmensa. La verdad siento gran admiración por él.
Sí, admiro a Jack Taylor.
En cambio, a Danny Boyle no le conozco personalmente.

2 comentarios:

  1. Hola Horacio! Pues hablando de cartelera, lo mismo te interesa saber de "El hipnotista", aunque ya sabes cómo es el cine y para dar espectáculo cogen lo que les interesa... Ya me dirás!

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  2. No lo he visto. Pero mi experiencia es que el cine y la tele se tiran por el sensacionalismo en todo lo relacionado con la hipnosis.
    Un saludo.

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