La medicina del deseo de curarse

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Como os venía contando en las dos entradas anteriores de este blog, cuando un paciente estimula el proceso curativo desde dentro de sí mismo ayuda y amplifica la ayuda exterior. Ahora bien, sigue existiendo un gran enigma que la ciencia todavía no puede responder: ¿Dónde se produce o se tiene que realizar el cambio, en el cuerpo físico, en la mente? ¿Está implicada la conciencia total, potencialidades del inconsciente? ¿Es un conjunto de todo? En su energía interior, ¿quién rige ese proceso?
Cualquier clínico o profesional de la terapia sabe que el deseo del paciente por recuperarse desempeña una función vital en el tratamiento: la fe en la curación, su nivel de compromiso por seguir con vida, cumplir metas y tener expectativas… todo eso genera ilusión y ganas de continuar vivo, lo que repercute en el sistema inmune, determinando a veces la enfermedad o la curación.
Es un hecho evidente y demostrable.
Los médicos saben, (algunos al menos), que la fe, las creencias profundas religiosas, las expectativas y la necesidad de cumplir algún cometido como ayudar a sus seres queridos, son condicionantes que juegan un papel principal en todos los casos de recuperación y sanación.
Esto se ha podido comprobar hasta en casos de tumores, en los que, en casos puntuales, ha podido haber una remisión espontánea del cáncer precedida de un cambio en los estados de la conciencia.
Siempre.
Y ese cambio es precisamente la fuerza que actúa sobre el sistema inmune activando sus funciones curativas o sanadoras.
Operada de cáncer en el Hospital Monte Sinaí, a una clienta mía le dijo el director de Oncología de ese centro:
“Hemos comprobado que la gente con fe y creencias religiosas ha sobrevivido más y con mejor calidad de vida que aquellos escépticos y sin ánimos ni metas esperanzadoras en la vida. Aconsejamos formas de hipnosis, visualización y oración…”
El cuerpo médico ya no discute la participación de la fe, la actitud y las emociones en la curación. El poder de la sugestión es innegable.
En la siguiente entrada del blog os dejaré un nuevo ejercicio hipnótico muy básico, para la curación de malestares menores, dirigido a disminuir el nivel del estrés, ese estrés que tanto ayuda a empeorar los problemas.
Lo demás se lo dejo a los oncólogos, que para eso están y han estudiado científicamente el tema.
Cuidaos un poquito... hay gente que os quiere, seguro.

2 comentarios:

  1. Estimado Horacio.

    Hace unos días hice un comentario en un blog de hipnosis y esta es la respuesta que recibí.

    “Antonio, ni yo sería capaz de auto hipnotizarme. Simplemente me quedaría despierto o dormido, pero no lograría nada terapéutico”

    La verdad es que llevo poco tiempo practicando y si bien he podido experimentar entrar en un estado alterado de conciencia no he obtenido ningún cambio en mí a modo de experimentación conmigo. Pero siempre he entendido que se puede aplicar la autohipnosis como terapia.

    Si tienes a bien y te es posible,

    Antonio

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  2. Hola Antonio:
    Tu comentario es interesantísimo y no quisiera quedarme corto en explicaciones en este formato. Así que te contestaré con una entrada en el blog que publicaré próximamente.
    Un saludo y muchas gracias por tu atención.

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