En hipnosis todos los días



Es curioso observar la cantidad de miedos y prejuicios que tenemos ante la hipnosis. Una gran desconocida y, paradójicamente, presente siempre en nuestra vida. A veces hay gente que te dice “A mí no me mires...” en cuanto se enteran que eres “hipnotizador”.
Otras veces, si te quedas mirando a sus ojos fijamente, los hay que se ponen nerviosos. Incluso las personas que acuden a la consulta, de quienes se supone que ya traen algún conocimiento del uso terapéutico de la hipnosis, también traen cierto temor o miedo inconsciente a perder el control, dormir y no enterarse de nada. Ya se sabe, los viejos tópicos sobre la hipnosis. Lo más curioso es que en mi caso, por ejemplo, dedico un buen tiempo a desmitificar la hipnosis, a advertirles que no hay pérdida de control consciente, a que no puedo hipnotizarles en contra de su voluntad, a que ellos tienen el control en todo momento, tanto para dejarse hipnotizar, como para salir del estado hipnótico en cuanto se lo propongan. Aún así, siempre los hay que conservan un temor inconsciente a que la hipnosis suponga pérdida de voluntad, de control, de perder la propia conciencia y no enterarse de nada. 

En fin, todos esos lugares comunes que tanto se han divulgado a través de la prensa, el cine, la radio y, sobre todo, la televisión. Para poner un buen ejemplo al que esté interesado en saber qué es la experiencia del trance, he pensado en un acto tan cotidiano y familiar como irse a la cama y quedarse plácidamente dormido. Concretamente el momento intermedio, es decir, la transición entre la vigilia y el sueño. Eso es precisamente el estado hipnótico por excelencia. En ese instante, la mente inconsciente es muy permeable a la sugestiones y tiene una gran receptividad de los funcionalismos del inconsciente. 
Pese a todo, seguro que la gran mayoría seguirán creyendo que estar hipnotizado o ser hipnotizado es algo que les ocasiona pérdida de control y voluntad, es decir, que de alguna manera quedarán en manos del hipnotizador y no se enterarán de nada. Reflexionemos un segundo: si usted pierde la conciencia y no se entera de nada será porque usted está dormido o está muerto. Pero eso no es hipnosis. ¿Queda claro?

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