Sobre la regresión hipnótica (V)


Como os adelantaba al final de la anterior entrada en este blog, existen cuatro enfoques principales  para acercarnos al estudio y la exploración de la hipnosis y regresiones.

enfoque psíquico

Escuelas Espiritas. Buscan cómo interpretar las vidas pasadas y las correspondientes situaciones de trance (médiums). En ellas se acepta la existencia de los espíritus. Las almas o espíritus de los fallecidos (según esta escuela) se manifiesta, se aparece en las sesiones mediumnimicas y transmiten mensajes a través del intermediario.
Por consiguiente, creen y aceptan la supervivencia del alma o espíritu.

enfoque parapsicológico.

En él se favorece esencialmente una investigación científica de lo que se experimenta por el sujeto como vida pasada. Uno de los pioneros y gran avanzado en este enfoque es Ian Stevenson).
Por otro lado, existen distintas explicaciones a la evidencia de la experiencia interna, de las personas que creen estar en presencia de contenidos mentales y emocionales de existencias anteriores. Por ejemplo; el conocido ‘déja vu’ (Esto ya lo he vivido antes). Es la típica experiencia que casi todo el mundo ha tenido alguna vez, de estar con alguien conversando y tener la sensación de que a esa persona o esa conversación ya se conocía (aunque acabemos de conocerla). Lo mismo que llegar por primera vez a un lugar, país, pueblo o lugar y saber cómo son sus calles, donde está tal o cual edificio, etcétera.
El inconsciente colectivo de Jung (Registros Akhásicos del esoterismo), con todo el patrimonio de la humanidad contenido en él, es decir, la evolución espiritual del género humano que renace en la estructura cerebral de cada uno de nosotros. Y, según lo explica Jung, los contenidos del Inconsciente Colectivo son los llamados Arquetipos.
Eso explicaría el porqué gentes de distintas latitudes culturales y religiosas, incluidos, por supuesto, los ateos “que no creen en nada”, pueden tener sueños en los que aparecen imágenes y símbolos idénticos.
Pertenecientes todos esos contenidos oníricos, a un mismo fondo inconsciente universal. Es como si nosotros, cogiendo un pequeño ramal desde nuestro inconsciente individual, conectáramos con la gran fuente universal del Inconsciente Colectivo. Alguien lo ha definido como un gran almacén o depósito común donde se contienen en forma de arquetipo la historia de toda la humanidad.
Los partidarios de este inconsciente junguiano dicen, por ejemplo, que cuando uno cree estar viviendo una vida anterior no lo está haciendo realmente. Simplemente sería que ha conectado con la vida de alguien que existió y cuya experiencia está ahí (en ese Inconsciente Colectivo) archivada.
En otras palabras, quien cree ser Juana de Arco o Napoleón, simplemente habría conectado con los arquetipos de dichos personajes y, por identificación, se asocia a los mismos.
Tal vez esos personajes representan nuestros ideales espirituales, nuestros ideales de ambición o las cualidades que en ellos envidiamos.
Negando la reencarnación como tal, existen otras variadas teorías que tratan de dar una explicación a la experiencia que, aunque es evidente sin embargo no es demostrable.
Dentro de este enfoque científico también existe otra teoría sobre la experiencia hipnótica regresiva, la conocida como Síndrome del Héroe:
yo he sido en una vida anterior Marco Antonio o Cleopatra, o un presocrático… o personajes de este estilo.
Este Síndrome del Héroe es la teoría que más usan los detractores de la reencarnación para desprestigiarla e invalidarla. Personalmente creo que la mayoría de la gente que dice haber sido un personaje importante lo hace por complejo de inferioridad, como compensación de sus delirios de grandeza.
Pero, obviamente, en este caso estas fantasías también nos dan muchos datos psicológicos de la persona y nos pueden ayudar en la terapia. Nos dicen mucho de las virtudes o cualidades que desean poseer. Es más, si logran desarrollar alguna de las cualidades de sus personajes favoritos (siempre que sean positivas, siempre que sean cosas como el amor por la humanidad, la solidaridad, el anhelo de desarrollo espiritual o cualidades parecidas), tampoco es algo criticable.
Volviendo al enfoque científico en general, existe también otro concepto a tener en cuenta: la Herencia Psíquica. Explicado de manera muy elemental, sería comparable a la herencia genética.
Porque, de igual manera que somos portadores de las características genéticas de nuestros padres, parece fuera de duda que también heredamos características psíquicas: temperamento, cualidades humanas, ambición, tendencias artísticas, sexuales, etcétera.
Incluso se dice en esta teoría que si, por ejemplo, un antepasado nuestro estuvo en París, en la Revolución francesa, nosotros podemos heredar parte de estas experiencias. Así pues, si recordamos cuando participamos en el asalto a la Bastilla, realmente sería algo que se nos ha transmitido a través de la herencia psíquica porque quizá nosotros ni hayamos salido jamás de nuestro pueblo.

enfoque religioso

En este enfoque se asume y explicita la idea de la reencarnación como artículo de fe.
Hemos dicho que en el enfoque psíquico por lo general se recurre al medium (intermediario) y a sus facultades paranormales, mientras que en el parapsicólogico se intenta dar una explicación racional y coherente al fenómeno con un método de trabajo científico.
Pues bien, en el enfoque religioso se apela a la tradición. Ya he comentado que es una de las creencias más antiguas y veneradas de la humanidad y no sólo en Oriente. Para millones de personas en todo el mundo conocido, la reencarnación forma parte de su mundo mágico-religioso, como un presupuesto fundamental de la visión que tienen del universo y de su lugar en el mismo.
Desde el hombre primitivo, a través de túmulos, estelas funerarias y dólmenes, en sus formas de enterramiento, se ha transmitido, llegando hasta nosotros, la creencia en una vida futura, en el más allá y, por supuesto, en alguna forma de supervivencia del alma. De ahí a la más refinada y elaborada teoría de la reencarnación que encontramos en el budismo, hinduismo y doctrinas religiosas parecidas.
Tal vez convenga recordar que todas las grandes religiones más evolucionadas en su configuración doctrinal, como el mismo Islam, han tenido y tienen su parte esotérica. ¿Qué es o significa el Sufismo sino la misma doctrina islámica en su vertiente esotérica?
En el budismo, se nos habla de la enseñanza del buda más externa para el vulgo, mientras que El Iluminado (Buda, el Despierto) enseñaba a sus discípulos más preparados la parte esotérica de su doctrina.
En el Judaísmo encontramos así mismo la Kabalah, es decir, la parte esotérica dedicada a los iniciados.
En el cristianismo, la Iglesia convertida en los primeros siglos en ortodoxia por dictamen del emperador Constantino, persiguió a muerte a los primitivos cristianos fieles a las enseñanzas Secretas del Salvador judío. Ellos eran fieles a las enseñanzas esotéricas (en la tradición griega) de Jesús de Nazaret. Fueron los llamados Gnósticos-Cristianos. Si al lector le interesa profundizar en el tema, le recomiendo estudiar algunos magníficos documentales editados por la revista Año Cero bajo la dirección de su director Enrique de Vicente: “El Hijo del Hombre” (I y II). Resulta un ejercicio altamente saludable (para huir de dogmatismos) leerse la obra: “Cristianismo Esotérico” de Annie Besant.
Y por supuesto, recomiendo leer, meditar y reflexionar esa magnífica obra de Madame Blavatsky: “La Doctrina Secreta” o “Isis sin Velo”. Eso si, hay que armarse de paciencia.
En fin, que el celo monoteísta de la Iglesia Católica le lleva a perseguir a muerte a todo lo que sonara a paganismo, pese a que ella es el resultado del mismo. Como si el hijo reniega de su fuente madre y encima la persigue a muerte. Así se escribe la historia. La historia de la Iglesia de Roma, con sus cismas, inquisiciones, caza de brujas y demás barbaridades históricas, en lo que es un insulto a la inteligencia humana.
La mayoría de los historiadores está de acuerdo; la doctrina de la reencarnación era conocida y aceptada por muchas de las sectas cristianas primitivas (la palabra secta, entonces no tenía el carácter peyorativo de estos tiempos).
La mantenían los neoplatónicos, y otros grupos órficos (gnósticos) y hasta los Pitagóricos se vinculaban con la aceptación de la doctrina reencarnacionista.
Y en un estudio detallado de la Biblia vemos que el mismo Jesús hace alusiones a la idea de la reencarnación.
Tema este, por supuesto, aceptado o rechazado según los prejuicios e intereses de quien lo investigue.
Uno de los grandes terapeutas que más a contribuido a valorizar la terapia de vidas pasadas, el doctor Ronald Wong Jue, nos dice:
-       Creo que el Occidente ha degradado la reencarnación (como tantas otras nobles ideas). En Oriente las encarnaciones son para que Dios se conozca a sí mismo. La reencarnación es un medio de evolución espiritual. Pero en Occidente se hace más hincapié en el “yo”. Es como si uno se concentrara en el modo como otro se viste y no en la persona que existe bajo la ropa. A la gente le interesa más el contenido de las imágenes que el proceso de evolución espiritual.

enfoque terapéutico

El cuarto enfoque es precisamente el terapéutico. Motivo y fundamento de este blog y su contenido. Realmente al hipnoterapeuta no le interesa demostrar la realidad o no de la reencarnación. Aspecto este que pasa a un segundo lugar porque el primero, obviamente, es la facultad curativa la fuerza sanadora y transformadora que la regresión hipnótica contiene en sí misma.
Para que la técnica funcione, para que el cliente obtenga satisfacción a su problema o logre su objetivo (respuestas a algunos enigmas de su vida, inquietudes, experiencias anómalas, etcétera (ver Etzel Cardeña) y el método resulte un ejercicio totalmente saludable, sólo se requiere confiar en el poder del inconsciente.
Ni el cliente ni el terapeuta tienen que creer necesariamente en la reencarnación.
Es más, uno o los dos puede ser totalmente escéptico ante esa creencia y, sin embargo, el método puede funcionar. Es algo así como el que no cree en los sueños pero ¡sueña y tiene hasta pesadillas!
Es decir, la persona hipnotizada recuerda y evoca episodios lejanos en el tiempo, asiste asombrado ante sus propias visiones donde se ve siendo determinado personaje en otra época, país, lugar, etcétera.
Es como asistir dentro de su propio espacio psicológico y emocional a la proyección de una o varias películas cuyas imágenes, recuerdos, emociones, eventos y experiencias diversas se van proyectando ante la asombrada o emocionada mirada del que asiste a semejante espectáculo interno y, además, se ve o siente parte de la película, de la trama que discurre ante sus ojos.
Cada persona es un mundo y no es bueno generalizar a la ligera. Pero la mayoría de las experiencias hipnóticas de recordar vidas pasadas sería algo así como estar dentro y fuera a la vez del desarrollo de la película: una parte de la conciencia está fuera como observador y la otra dentro de la trama, como protagonista.
Dentro de la historia y según ésta va transcurriendo, se ve, se siente, se emociona, piensa, llora, ríe, ama, odia o sufre…
A veces, se verá como mendigo y otras como rico hacendado, unas veces como hombre y otras como mujer, anciano, de otro país o cultura, se verá viviendo en diferentes épocas y lugares.
Ahora bien, quizá te preguntes, sufrido lector, ¿para qué meterse en estos fregados psicológicos tan delicados?
Yo no sé por qué lo hacen Brian Weiss, Wolger, Wambach, Nepherton, Fioret o cualquier otro clínico, pero sí sé que yo lo hago únicamente cuando un cliente viene a mi gabinete y me lo pide expresamente.
Después de una charla introductoria y aclaratoria de lo que es y de lo que se puede esperar de la técnica, de cuándo funciona y cuándo no; después de una charla en la que también le explico con todo detalle que muchas veces no se recuerda nada y que otras aparecen recuerdos rápidamente; en fin, después de aclarar que no hay milagros ni varitas mágicas y que, por supuesto, esto no es como abrir el Libro Gordo de Petete, entonces y sólo entonces, con el consentimiento total del que va a ser sometido a la regresión, comienzo la inducción.
Llevo algo más de 33 años investigando en estos menesteres psicológicos y terapéuticos, y puedo asegurar que jamás he tenido ningún problema con cliente alguno.
Todo lo contrario, siempre se han obtenido excelentes resultados y la experiencia, siempre y sin excepciones, resulta relajante, enriquecedora y muy gratificante.
Eso lo afirmo en base a mi propia experiencia particular.
¿Qué es lo peor que puede pasar? Simplemente que la persona no vea o no recuerde nada. Que se quede dormida o no entre en un trance hipnótico lo suficientemente profundo para acceder a esos contenidos supuestamente pertenecientes a antiguas vidas pasadas.
Entonces, ¿habrá perdido su tiempo y dinero en la experiencia baldía? No, en modo alguno.
Se le habrá enseñado y explicado pedagógicamente la realidad del fenómeno regresivo en particular y se le habrá instruido profundamente en aspectos de la psicología. En aspectos muy interesantes y muy enriquecedores para la cultura del paciente en general. Se le habrá enseñado un modelo muy detallado y especifico para realizar la relajación hipnótica profunda, lo cual resulta un método excelente para combatir el estrés, calmar la mente y serenar el ánimo ante las demandas cada vez más estresantes de la sociedad, sus métodos y sus ambiciones.
Enseña a parar y mirar dentro para poner un poco de orden y control sobre nuestra neurótica y angustiada naturaleza humana, que no sabe muchas veces cómo afrontar los problemas ni cómo encontrar las soluciones.
Porque, para sorpresa del individuo, toda persona tiene a nivel inconsciente todos los recursos que necesita para la modificación de la experiencia y el logro de los objetivos.
Se enseña como algo práctico y eficaz y no como simple supuesto teórico.
Así es que siempre habrá merecido la pena. Mucho se gana y nada se pierde.
En estos casos de no obtener experiencias de recuerdos rápidamente, lo aconsejable y apropiado, si es que de verdad se quiere obtener resultados, es desarrollar un método o abordaje serio, regular y metódico de cómo explorar diariamente con la técnica apropiada para el cliente y que le permita conseguir su propósito finalmente.
Esto quiere decir que, como cualquier otra tarea a realizar, es cuestión de práctica diaria. Antes o después, con la realización de las sesiones hipnóticas apropiadas, se obtienen recuerdos, se va accediendo a la regresión y entonces, todo un mundo de posibilidades y transformaciones trascendentales psicológicamente hablando se presenta ante el individuo.
Solamente necesitamos dos cosas ante este panorama: que el hipnoterapeuta sea un experimentado profesional que sepa con seriedad y honestidad acompañar en el proceso regresivo y que el paciente sea alguien serio, realmente paciente y comprometido con su propio proceso de realización personal.
Y sobre todo y por encima de todo, que el profesional sea alguien comprometido con su propio psicoanálisis, que sea él, el primero que da ejemplo con su propia experiencia.
Entonces y sólo entonces estará preparado para guiar a otro por la misma senda que él conoce por su propia experiencia.
Luego ya habrá tiempo de discutir y analizar sobre las experiencias y recuerdos, (los llamados falsos recuerdos), el uso y utilidad práctica de lo recordado en el contexto terapéutico o las metáforas y simbolizaciones contenidas en esas experiencias.
Sea simple metáfora o realidad de algo antiguamente vivido, lo cierto y verificable es que muchas veces la regresión bien conducida aporta solución a problemas de diversa índole.
Allí donde el profesional clínico había fracasado, el buen terapeuta con la técnica hipnótica aporta curación o liberación de los problemas que hasta ese momento se mostraban sin aparente solución.
Esto es algo evidente y demostrable. Nadie que practique y conozca en persona (y no de simple oídas) la técnica regresiva puede negarlo, salvo que sea un hipócrita dispuesto a mentir.
Esto es lo que me consta. Esto lo avalo y certifico en base a más de 33 años de explorar, practicar en mi y en mis alumnos y clientes, los diversos modelos de abordaje en hipnosis regresiva.
Finalizo, sufrido lector. Y lo hago adjuntando a la vez las cuatro regresiones que te había ido ofreciendo hasta ahora de forma individual. Y también reconociendo, porque es de justicia dar a cada uno lo suyo, que gran parte de los fundamentos teóricos que he expuesto en este escrito deben mucho a las investigaciones del eminente psicólogo Roger Woolger, el mejor desde mi punto de vista en este campo de las regresiones.
Como siempre, te pido que las sigas y que me cuentes cómo te ha ido. Recuerda que yo también las estoy practicando…

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