Como
os adelantaba al final de la anterior entrada en este blog,
existen cuatro enfoques principales para
acercarnos al estudio y la exploración de la hipnosis y regresiones.
enfoque
psíquico
Escuelas
Espiritas. Buscan cómo interpretar las vidas pasadas y las correspondientes
situaciones de trance (médiums). En ellas se acepta la existencia de los
espíritus. Las almas o espíritus de los fallecidos (según esta escuela) se
manifiesta, se aparece en las sesiones mediumnimicas y transmiten mensajes a
través del intermediario.
Por
consiguiente, creen y aceptan la supervivencia del alma o espíritu.
enfoque
parapsicológico.
En él
se favorece esencialmente una investigación científica de lo que se experimenta
por el sujeto como vida pasada. Uno de los pioneros y gran avanzado en este
enfoque es Ian Stevenson).
Por
otro lado, existen distintas explicaciones a la evidencia de la experiencia interna,
de las personas que creen estar en presencia de contenidos mentales y
emocionales de existencias anteriores. Por ejemplo; el conocido ‘déja vu’ (Esto
ya lo he vivido antes). Es la típica experiencia que casi todo el mundo ha
tenido alguna vez, de estar con alguien conversando y tener la sensación de que
a esa persona o esa conversación ya se conocía (aunque acabemos de conocerla). Lo
mismo que llegar por primera vez a un lugar, país, pueblo o lugar y saber cómo
son sus calles, donde está tal o cual edificio, etcétera.
El
inconsciente colectivo de Jung (Registros Akhásicos del esoterismo), con todo
el patrimonio de la humanidad contenido en él, es decir, la evolución
espiritual del género humano que renace en la estructura cerebral de cada uno
de nosotros. Y, según lo explica Jung, los contenidos del Inconsciente
Colectivo son los llamados Arquetipos.
Eso
explicaría el porqué gentes de distintas latitudes culturales y religiosas,
incluidos, por supuesto, los ateos “que no creen en nada”, pueden tener sueños
en los que aparecen imágenes y símbolos idénticos.
Pertenecientes
todos esos contenidos oníricos, a un mismo fondo inconsciente universal. Es
como si nosotros, cogiendo un pequeño ramal desde nuestro inconsciente individual,
conectáramos con la gran fuente universal del Inconsciente Colectivo. Alguien
lo ha definido como un gran almacén o depósito común donde se contienen en
forma de arquetipo la historia de toda la humanidad.
Los
partidarios de este inconsciente junguiano dicen, por ejemplo, que cuando uno
cree estar viviendo una vida anterior no lo está haciendo realmente. Simplemente
sería que ha conectado con la vida de alguien que existió y cuya experiencia
está ahí (en ese Inconsciente Colectivo) archivada.
En
otras palabras, quien cree ser Juana de Arco o Napoleón, simplemente habría
conectado con los arquetipos de dichos personajes y, por identificación, se
asocia a los mismos.
Tal
vez esos personajes representan nuestros ideales espirituales, nuestros ideales
de ambición o las cualidades que en ellos envidiamos.
Negando
la reencarnación como tal, existen otras variadas teorías que tratan de dar una
explicación a la experiencia que, aunque es evidente sin embargo no es
demostrable.
Dentro
de este enfoque científico también existe otra teoría sobre la experiencia
hipnótica regresiva, la conocida como Síndrome
del Héroe:
yo he
sido en una vida anterior Marco Antonio o Cleopatra, o un presocrático… o personajes
de este estilo.
Este
Síndrome del Héroe es la teoría que más usan los detractores de la
reencarnación para desprestigiarla e invalidarla. Personalmente creo que la
mayoría de la gente que dice haber sido un personaje importante lo hace por complejo
de inferioridad, como compensación de sus delirios de grandeza.
Pero,
obviamente, en este caso estas fantasías también nos dan muchos datos
psicológicos de la persona y nos pueden ayudar en la terapia. Nos dicen mucho
de las virtudes o cualidades que desean poseer. Es más, si logran desarrollar alguna
de las cualidades de sus personajes favoritos (siempre que sean positivas,
siempre que sean cosas como el amor por la humanidad, la solidaridad, el anhelo
de desarrollo espiritual o cualidades parecidas), tampoco es algo criticable.
Volviendo
al enfoque científico en general, existe también otro concepto a tener en cuenta:
la Herencia Psíquica. Explicado de
manera muy elemental, sería comparable a la herencia genética.
Porque,
de igual manera que somos portadores de las características genéticas de
nuestros padres, parece fuera de duda que también heredamos características
psíquicas: temperamento, cualidades humanas, ambición, tendencias artísticas,
sexuales, etcétera.
Incluso
se dice en esta teoría que si, por ejemplo, un antepasado nuestro estuvo en
París, en la
Revolución francesa, nosotros podemos heredar parte de estas
experiencias. Así pues, si recordamos cuando participamos en el asalto a la
Bastilla, realmente sería algo que se nos ha transmitido a través de la
herencia psíquica porque quizá nosotros ni hayamos salido jamás de nuestro
pueblo.
enfoque
religioso
En
este enfoque se asume y explicita la idea de la reencarnación como artículo de
fe.
Hemos
dicho que en el enfoque psíquico por lo general se recurre al medium
(intermediario) y a sus facultades paranormales, mientras que en el
parapsicólogico se intenta dar una explicación racional y coherente al fenómeno
con un método de trabajo científico.
Pues
bien, en el enfoque religioso se apela a la tradición. Ya he comentado que es
una de las creencias más antiguas y veneradas de la humanidad y no sólo en
Oriente. Para millones de personas en todo el mundo conocido, la reencarnación
forma parte de su mundo mágico-religioso, como un presupuesto fundamental de la
visión que tienen del universo y de su lugar en el mismo.
Desde
el hombre primitivo, a través de túmulos, estelas funerarias y dólmenes, en sus
formas de enterramiento, se ha transmitido, llegando hasta nosotros, la
creencia en una vida futura, en el más allá y, por supuesto, en alguna forma de
supervivencia del alma. De ahí a la más refinada y elaborada teoría de la
reencarnación que encontramos en el budismo, hinduismo y doctrinas religiosas
parecidas.
Tal
vez convenga recordar que todas las grandes religiones más evolucionadas en su
configuración doctrinal, como el mismo Islam, han tenido y tienen su parte
esotérica. ¿Qué es o significa el Sufismo sino la misma doctrina islámica en su
vertiente esotérica?
En el
budismo, se nos habla de la enseñanza del buda más externa para el vulgo, mientras
que El Iluminado (Buda, el Despierto) enseñaba a sus discípulos más preparados
la parte esotérica de su doctrina.
En el
Judaísmo encontramos así mismo la
Kabalah , es decir, la parte esotérica dedicada a los
iniciados.
En el
cristianismo, la Iglesia
convertida en los primeros siglos en ortodoxia por dictamen del emperador Constantino,
persiguió a muerte a los primitivos cristianos fieles a las enseñanzas Secretas
del Salvador judío. Ellos eran fieles a las enseñanzas esotéricas (en la
tradición griega) de Jesús de Nazaret. Fueron los llamados
Gnósticos-Cristianos. Si al lector le interesa profundizar en el tema, le
recomiendo estudiar algunos magníficos documentales editados por la revista Año
Cero bajo la dirección de su director Enrique de Vicente: “El Hijo del Hombre”
(I y II). Resulta un ejercicio altamente saludable (para huir de dogmatismos)
leerse la obra: “Cristianismo Esotérico” de Annie Besant.
Y por
supuesto, recomiendo leer, meditar y reflexionar esa magnífica obra de Madame
Blavatsky: “La
Doctrina Secreta ” o “Isis sin Velo”. Eso si, hay que armarse de
paciencia.
En
fin, que el celo monoteísta de la Iglesia Católica le lleva a perseguir a muerte a
todo lo que sonara a paganismo, pese a que ella es el resultado del mismo. Como
si el hijo reniega de su fuente madre y encima la persigue a muerte. Así se
escribe la historia. La historia de la Iglesia de Roma, con sus cismas, inquisiciones, caza
de brujas y demás barbaridades históricas, en lo que es un insulto a la
inteligencia humana.
La
mayoría de los historiadores está de acuerdo; la doctrina de la reencarnación
era conocida y aceptada por muchas de las sectas cristianas primitivas (la
palabra secta, entonces no tenía el carácter peyorativo de estos tiempos).
La
mantenían los neoplatónicos, y otros grupos órficos (gnósticos) y hasta los
Pitagóricos se vinculaban con la aceptación de la doctrina reencarnacionista.
Y en
un estudio detallado de la
Biblia vemos que el mismo Jesús hace alusiones a la idea de
la reencarnación.
Tema
este, por supuesto, aceptado o rechazado según los prejuicios e intereses de
quien lo investigue.
Uno
de los grandes terapeutas que más a contribuido a valorizar la terapia de vidas
pasadas, el doctor Ronald Wong Jue, nos dice:
-
Creo
que el Occidente ha degradado la reencarnación (como tantas otras nobles
ideas). En Oriente las encarnaciones son para que Dios se conozca a sí mismo.
La reencarnación es un medio de evolución espiritual. Pero en Occidente se hace
más hincapié en el “yo”. Es como si uno se concentrara en el modo como otro se
viste y no en la persona que existe bajo la ropa. A la gente le interesa más el
contenido de las imágenes que el proceso de evolución espiritual.
enfoque
terapéutico
El
cuarto enfoque es precisamente el terapéutico. Motivo y fundamento de este blog
y su contenido. Realmente al hipnoterapeuta no le interesa demostrar la
realidad o no de la reencarnación. Aspecto este que pasa a un segundo lugar porque
el primero, obviamente, es la facultad curativa la fuerza sanadora y
transformadora que la regresión hipnótica contiene en sí misma.
Para
que la técnica funcione, para que el cliente obtenga satisfacción a su problema
o logre su objetivo (respuestas a algunos enigmas de su vida, inquietudes,
experiencias anómalas, etcétera (ver Etzel Cardeña) y el método resulte un ejercicio
totalmente saludable, sólo se requiere confiar en el poder del inconsciente.
Ni el
cliente ni el terapeuta tienen que creer necesariamente en la reencarnación.
Es más,
uno o los dos puede ser totalmente escéptico ante esa creencia y, sin embargo,
el método puede funcionar. Es algo así como el que no cree en los sueños pero
¡sueña y tiene hasta pesadillas!
Es
decir, la persona hipnotizada recuerda y evoca episodios lejanos en el tiempo,
asiste asombrado ante sus propias visiones donde se ve siendo determinado
personaje en otra época, país, lugar, etcétera.
Es
como asistir dentro de su propio espacio psicológico y emocional a la
proyección de una o varias películas cuyas imágenes, recuerdos, emociones,
eventos y experiencias diversas se van proyectando ante la asombrada o
emocionada mirada del que asiste a semejante espectáculo interno y, además, se
ve o siente parte de la película, de la trama que discurre ante sus ojos.
Cada
persona es un mundo y no es bueno generalizar a la ligera. Pero la mayoría de
las experiencias hipnóticas de recordar vidas pasadas sería algo así como estar
dentro y fuera a la vez del desarrollo de la película: una parte de la conciencia
está fuera como observador y la otra dentro de la trama, como protagonista.
Dentro
de la historia y según ésta va transcurriendo, se ve, se siente, se emociona,
piensa, llora, ríe, ama, odia o sufre…
A
veces, se verá como mendigo y otras como rico hacendado, unas veces como hombre
y otras como mujer, anciano, de otro país o cultura, se verá viviendo en
diferentes épocas y lugares.
Ahora
bien, quizá te preguntes, sufrido lector, ¿para qué meterse en estos fregados
psicológicos tan delicados?
Yo no
sé por qué lo hacen Brian Weiss, Wolger, Wambach, Nepherton, Fioret o cualquier
otro clínico, pero sí sé que yo lo hago únicamente cuando un cliente viene a mi
gabinete y me lo pide expresamente.
Después
de una charla introductoria y aclaratoria de lo que es y de lo que se puede
esperar de la técnica, de cuándo funciona y cuándo no; después de una charla en
la que también le explico con todo detalle que muchas veces no se recuerda nada
y que otras aparecen recuerdos rápidamente; en fin, después de aclarar que no
hay milagros ni varitas mágicas y que, por supuesto, esto no es como abrir el Libro
Gordo de Petete, entonces y sólo entonces, con el consentimiento total del que
va a ser sometido a la regresión, comienzo la inducción.
Llevo
algo más de 33 años investigando en estos menesteres psicológicos y
terapéuticos, y puedo asegurar que jamás he tenido ningún problema con cliente
alguno.
Todo
lo contrario, siempre se han obtenido excelentes resultados y la experiencia,
siempre y sin excepciones, resulta relajante, enriquecedora y muy gratificante.
Eso
lo afirmo en base a mi propia experiencia particular.
¿Qué
es lo peor que puede pasar? Simplemente que la persona no vea o no recuerde
nada. Que se quede dormida o no entre en un trance hipnótico lo suficientemente
profundo para acceder a esos contenidos supuestamente pertenecientes a antiguas
vidas pasadas.
Entonces,
¿habrá perdido su tiempo y dinero en la experiencia baldía? No, en modo alguno.
Se le
habrá enseñado y explicado pedagógicamente la realidad del fenómeno regresivo
en particular y se le habrá instruido profundamente en aspectos de la
psicología. En aspectos muy interesantes y muy enriquecedores para la cultura
del paciente en general. Se le habrá enseñado un modelo muy detallado y especifico
para realizar la relajación hipnótica profunda, lo cual resulta un método
excelente para combatir el estrés, calmar la mente y serenar el ánimo ante las
demandas cada vez más estresantes de la sociedad, sus métodos y sus ambiciones.
Enseña
a parar y mirar dentro para poner un poco de orden y control sobre nuestra
neurótica y angustiada naturaleza humana, que no sabe muchas veces cómo
afrontar los problemas ni cómo encontrar las soluciones.
Porque,
para sorpresa del individuo, toda persona tiene a nivel inconsciente todos los
recursos que necesita para la modificación de la experiencia y el logro de los
objetivos.
Se
enseña como algo práctico y eficaz y no como simple supuesto teórico.
Así
es que siempre habrá merecido la pena. Mucho se gana y nada se pierde.
En
estos casos de no obtener experiencias de recuerdos rápidamente, lo aconsejable
y apropiado, si es que de verdad se quiere obtener resultados, es desarrollar
un método o abordaje serio, regular y metódico de cómo explorar diariamente con
la técnica apropiada para el cliente y que le permita conseguir su propósito
finalmente.
Esto
quiere decir que, como cualquier otra tarea a realizar, es cuestión de práctica
diaria. Antes o después, con la realización de las sesiones hipnóticas apropiadas,
se obtienen recuerdos, se va accediendo a la regresión y entonces, todo un
mundo de posibilidades y transformaciones trascendentales psicológicamente
hablando se presenta ante el individuo.
Solamente
necesitamos dos cosas ante este panorama: que el hipnoterapeuta sea un
experimentado profesional que sepa con seriedad y honestidad acompañar en el
proceso regresivo y que el paciente sea alguien serio, realmente paciente y
comprometido con su propio proceso de realización personal.
Y
sobre todo y por encima de todo, que el profesional sea alguien comprometido
con su propio psicoanálisis, que sea él, el primero que da ejemplo con su
propia experiencia.
Entonces
y sólo entonces estará preparado para guiar a otro por la misma senda que él
conoce por su propia experiencia.
Luego
ya habrá tiempo de discutir y analizar sobre las experiencias y recuerdos, (los
llamados falsos recuerdos), el uso y utilidad práctica de lo recordado en el
contexto terapéutico o las metáforas y simbolizaciones contenidas en esas
experiencias.
Sea
simple metáfora o realidad de algo antiguamente vivido, lo cierto y verificable
es que muchas veces la regresión bien conducida aporta solución a problemas de
diversa índole.
Allí
donde el profesional clínico había fracasado, el buen terapeuta con la técnica
hipnótica aporta curación o liberación de los problemas que hasta ese momento
se mostraban sin aparente solución.
Esto
es algo evidente y demostrable. Nadie que practique y conozca en persona (y no
de simple oídas) la técnica regresiva puede negarlo, salvo que sea un hipócrita
dispuesto a mentir.
Esto
es lo que me consta. Esto lo avalo y certifico en base a más de 33 años de
explorar, practicar en mi y en mis alumnos y clientes, los diversos modelos de
abordaje en hipnosis regresiva.
Finalizo,
sufrido lector. Y lo hago adjuntando a la vez las cuatro regresiones que te
había ido ofreciendo hasta ahora de forma individual. Y también reconociendo, porque es de justicia dar a cada uno lo suyo, que gran parte de los fundamentos teóricos que he expuesto en este escrito deben mucho a las investigaciones del eminente psicólogo Roger Woolger, el mejor desde mi punto de vista en este campo de las regresiones.
Como siempre, te pido que las sigas y que me cuentes cómo te ha ido. Recuerda que yo también las estoy practicando…
Como siempre, te pido que las sigas y que me cuentes cómo te ha ido. Recuerda que yo también las estoy practicando…
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