Hipnosis ericksoniana e hipnosis clínica

En su día, allá por 1988, Barber comentó:

"Hoy está claro que el modo en que los individuos responden a las sugestiones, depende mucho menos del éxito de los procedimientos de inducción formales (que aspiran a producir relajación, quietud mental y concentración en las ideas comunicadas por el terapeuta con la concomitante desatención a otros problemas), y mucho más de la relación interpersonal entre el sujeto y el terapeuta, la capacidad del paciente para imaginar, fantasear y tener experiencias parecidas a las hipnóticas; las expectativas, actitudes y creencias acerca de la situación; y la interacción momento a momento del terapeuta con el paciente, en la que se incluye el modo de atacar el problema, el tipo de sugestiones específicas que ofrece y
la forma en que el paciente interpreta las sugestiones".

Está bien esta explicación, y otras muchas parecidas. También están bien incluso otras diferentes, en parte o en todo. Pero creo que lo fundamental es dejarse de especulaciones y de arrogancias dialécticas, porque de poco nos sirve quien presume de ser capaz de decir la última palabra sobre la hipnosis. Todo lo relativo a la Hipnosis (una simple palabra que deriva del dios griego del sueño, Hypnos) es pura especulación y además subjetiva.
Los clínicos que se arrogan la potestad de tener la definición absoluta, quienes nos hablan de 'Hipnosis-alerta-despierta', 'Hipnosis científica', etcétera, o son unos engreídos mitómanos o intentan tomar el pelo a la gente interesada por este apasionante mundo de la Psicología.
Nada, absolutamente nada hay de científico en la Psicología. Por eso a la Psicología académica se la considera realmente una seudo-ciencia.
Y esto no es menoscabo para los psicólogos, al contrario, les viene bien saberlo. Así dejan su soberbia académica y se disponen con humildad a investigar en el campo de la verdadera experiencia psicológica que, simplemente, les llevará al autoconocimiento interior, el Sí mismo Jungiano (Self).
La introspección del amplio espectro de elementos psicológicos del alma o espíritu humano es lo que nos convierte en verdaderos psicólogos y luego en eficaces psicoterapeutas. Nadie puede guiar a nadie por un camino que no haya transitado él antes. Y en eso falla la Psicología académica (Ver a Jung, Assaglioli, Wibert, Groff, Woolger, Bamwach, Fioret, Drouot…).
Por otra parte, también se entiende por Hipnosis un estado de funcionamiento mental, con sus correlatos psicofisiológicos, en respuesta a las sugestiones. Tradicionalmente se habla de trance hipnótico en referencia a este estado.
Así, desde este punto de vista, Barber presenta en 1996 una definición operativa:
La Hipnosis es una condición alterada o estado alterado de conciencia caracterizado por un marcado incremento de la receptividad a la sugestión, por la capacidad para modificar la percepción y la memoria, y por el potencial para un control sistemático de una variedad de funciones usualmente involuntarias.
Otros clínicos, la APA por ejemplo, dicen que no, que no es un estado de trance ni alterado de la conciencia.
¡Menudos perillanes están hechos!, no se ponen de acuerdo ni para definirla conceptualmente.
Todo lo perteneciente a la mente, a la psicología en suma al psiquismo humano es por su propia naturaleza subjetivo.
Lo que se necesita es que gente proveniente del mundo universitario se pongan a investigar seriamente el mundo del inconsciente, más allá de contemplarlo como simple metáfora. Allí están las respuestas y no en los libros de texto y en la visión dogmática y obsoleta de los
profesores de Psicología, que no solo no saben, además no saben que no saben. Están tan subidos en su pedestal de orgullo y soberbia académica que, de tanto mirarse el ombligo, se han olvidado de que los demás mortales, aunque no pasemos por las aulas académicas, ¡también tenemos nuestro ombliguito!
¿Hipnosis clínica?, bueno. Se le puede dar el nombre que queramos, es la técnica que utiliza un clínico para intentar ayudar a resolver un miedo o problema a su cliente.
¿Hipnosis ericksoniana? Es el método orientado en los sistemas que utilizaba Erickson para ayudar a sus pacientes a resolver sus conflictos y alcanzar sus objetivos.
¿Diferencias?, las que cada profesional utilice, pero la definición conceptual no indica que en un principio sean diferentes. Metáforas, simbolizaciones, orientación cognitiva-conductual, sistémica, psicodinámica, etcétera, todo eso lo utiliza alternativamente cualquier profesional de la Psicología o de la hipnoterapia si está preparado y es un terapeuta educado para tal menester.
El trance hipnótico es útil para explorar los comportamientos establecidos por el inconsciente, que es la forma en que respondemos a los estímulos.
En este estado, los sentidos se agudizan y podemos acceder a la memoria interna y los procesos internos que determinan la conducta externa.
La mayor susceptibilidad que se experimenta durante este estado, es empleada por el terapeuta para reprogramar la conducta del individuo.
El acceso a los procesos internos a nivel inconsciente, permite conocer cómo se originaron y modificarlos de manera positiva.
Es esa inconsciente fuente de recursos, el que contiene potencialmente todo lo que el paciente necesita para modificar la experiencia y resolver satisfactoriamente su problema.
Hasta otro momento.
Me voy a auto-hipnotizar un ratito a ver que saco en claro de todo esto…

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